Aquello que más nos
perturba, ¿no es acaso aquello a lo que debemos nuestros mejores pensamientos y
esmerados esfuerzos?
Cuando tenemos la paciencia
y amor propio suficientes para preguntarnos pausadamente acerca de las
circunstancias, o las personas que nos molestan con frecuencia descubriremos que detrás de un cuidadoso trabajo
interno sobre esa pregunta hay experiencias nuevas, retos, cambio, novedad y en
resumen un regalo de la vida en forma de
impulso y desafío.
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