En el mundo de hoy, la
pureza es tan importante cuanto es el rocío al desierto.
Los individuos se miran
mutuamente con desconfianza. Hay falta de respeto y amor fraterno. No hay
suficiente tolerancia para tratarse unos con los otros, admitir y aceptar sus
diferentes puntos de vista. La causa raíz para todo esto es la falta de
pureza.
Pues, con pureza, hay
inocencia y, junto con esto, hay confianza. La pureza trae la humildad, que
permite que yo respete al prójimo y lo ame de manera integral. Al ser puro,
también soy tolerante, pues la impureza y negatividad de otros no me
afecta, así como el lodo no
puede robar la belleza de una rosa.
Pureza también es fuerza,
pues es una energía positiva que atrae a las demás personas. Experimenta tu
propia pureza y verás como el mundo va a transformarse
alrededor de ti.
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