AMAR A UN SER HUMANO
Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte
indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y
transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables;
permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes
prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y
necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus
ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del
privilegio de ser tú mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y
en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y
distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada
cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con
gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".
Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna
de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su
necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de sí mismo duda, contagiarle
tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando
flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se
siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con
dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha; es
compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin
ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle
libremente.